Si se observan con calma
las aguas turbulentas de la economía europea, se aprecia que una
rara especie se está haciendo fuerte: los “acumuladores de
privilegios” de la política europarlamentaria, escasamente
valiosos y cobardes a la hora de arriesgarse con respuestas tan
factibles como reales.
Bien es verdad que solo
reflexionan y no gestionan, pero podrían legislar medidas y reglas
de funcionamiento con el objetivo de evitar que los flujos de riqueza
siempre pasen por cauces alejados de lo colectivo y más ahora que
está en marcha un ataque a gran escala de los mercados contra las
economías europeas en general y española e italiana en particular.
Como bien apuntaba el
premio Nobel de economía Paul Krugman recientemente en El País
“todos los indicios apuntan a que los dirigentes europeos no están
siquiera dispuestos a reconocer la naturaleza de esa amenaza, por no
hablar ya de hacerle frente de manera efectiva”
Apenas les oímos
cacarear presuntas soluciones al éter, pero les falta arrojo y
gallardía para desafiar a esos entes sobrenaturales y ectoplásmicos
que denominamos "mercados", pero que en verdad esconden
tras de sí a seres de carne y hueso, que les amilanan, intimidan y,
por qué no decirlo, acojonan.
Pero los peores, a los
que más miedo parecen tener, son a los que valoran el riesgo
crediticio de los emisores de valores y de sus obligaciones
financieras, léase, las agencias de rating, tales como Moody´s,
Standar & Poor´s y Fitch, que responden a los intereses de
quienes especulan, puesto que son quienes han creado esos miedos. En
otra escala, es como se repartían antiguamente las cátedras
endogámicas mediante el nombramiento de tribunales dóciles…..
De hecho el pasado 13 de
junio el diario Público informaba de que “Accionistas de S&P y
Moody's se preparan para comprar barato en las privatizaciones”, lo
que les garantizaría pingües beneficios, dado que si ellos remueven
las olas, ellos sabrán cuando estarán calmas.
Ni la tasa Tobin,
herramienta para controlar los mercados financieros que, desmadrados
por la especulación, buscan incorporar controles a los movimientos
de capital; ni controles constantes y rigurosos a la especulación,
como no permitir nunca más esas transacciones tramposas en el
Mercado Bursátil que sólo suspendieron temporalmente.... ¡Nada, no
han hecho nada!
Si como bien leía hoy en
la prensa en boca de Ross Brawn, directivo del equipo Mercedes de F1,
“lo que revela la grandeza de uno, es cómo se enfrenta a la
derrota”, algunos son más mezquinos que los ladrones, porque al
menos éstos, como decía Jardiel Poncela, “son gente honrada”.
¿Cuál es el papel que
están jugando y cuál podrían jugar si estuviesen menos amordazados
y enfangados en la crisis de los gallinas? Alguien podría pensar que
existe una casta que vive ajena a los problemas de las personas, una
panda de cobardes miserables, diletantes aprovechados a los que el
bienestar de la gente que les vota les moviliza escasamente, sobre
todo si ellos han de dar la cara ante los problemas, porque la tienen
petrificada ante la adversidad ajena.
Krugman señala en el
mismo diario que “el BCE, con Trichet y compañía, debería estar
comprando deuda española e italiana, que sería lo que estos países
harían por sí mismos si todavía tuviesen sus propias monedas”.
Pero por algo decidimos crear un día la moneda común, pero no así
una política económica común. Ese es el fallo garrafal.
Alguien, con nombre y
apellidos, quiere hundir al €uro, y la espantada bancaria masiva va
en beneficio de esta acción. Hay una crisis de credibilidad global
por los excesos y la ausencia de consecuencias, solo que los
sufridores somos los de siempre.
2 comentarios:
Me parece que voy a dejar de hacer comentarios sobre la crisis. Me resulta agotador. No tengo tiempo suficiente para archivar en mi disco duro todas las opiniones al respecto. Se me escapan tantas cosas... Por eso admiro el tesón del ciberperiodista, su esfuerzo,su voluntad su energía y su arrojo. Sigue investigando y te seguiré leyendo.
Al menos el defensor del pueblo se ha hecho eco y plantea como posible delito los exceso de unos pocos.
Saludos,
Jorge
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