jueves, 27 de octubre de 2011

¿ESTAMOS ANTE EL FINAL DE ETA?


¡Qué dificil, sí, qué dificil es hacer de tripas corazón, qué complicado resulta creer el presunto final de una banda de criminales sanguinarios sin herir sensibilidades!

Atrás quedan los cuarenta y tres años de horror, de miedo, de terror, pero por respeto a las víctimas y admiración hacia sus familiares, también víctimas en otro grado, no podemos dejar atrás esa cifra espeluznante de 829 asesinados en aras a una presunta lucha armada, donde los asesinos conformaban un bando y los demócratas el otro.

Ahora que la exposición de sus postulados independentistas busca el cauce legal, esta estrategia nos recuerda la denigración moral de quienes se aprovecharon del amedrentamiento ajeno y callaron, porque coincidían en los fines aunque no así en los medios.

Cuando la banda anuncia el “cese definitivo” de la violencia terrorista, resulta que la organización criminal emplaza a España y Francia a iniciar el proceso de diálogo directo” y para ello monta un show con actores internacionales que siguen creyendo que ETA es un “movimiento separatista o de liberación vasco” (así lo definió The Wall Street Journal).

Cuarenta y tres años que no han pasado en balde, que han dejado muchas secuelas, que han marcado a fuego un recuerdo indeleble en las víctimas primero, en sus familiares y en el resto de testigos que somos la Sociedad Civil, que asistimos ahora atónitos a un presunto proceso que no es de rendición y entrega de las armas, sino de “proclamación del cese de la violencia”.

Sin deseo alguno de herir susceptibilidades, qué quieren que les diga, que este final parece más propio de las chanzas de la guerra de Gila, “preguntando si aquí es el enemigo, si pueden llevarse las armas de recuerdo y si pueden irse a sus casas por donde han venido sin hacer ruido para no despertarnos”, como si nada hubiera pasado.

Realmente sea abre un mar de dudas sobre qué hacer en adelante: si ceder sobre la pretensión de acercamiento de presos; si dar carta de naturaleza permanente a formaciones abertzales afines que antaño, con un nombre u otro, no terminaban de condenar los atentados; si adelantar elecciones en el País Vasco; si disolver la coalición PSE-PP...

Nadie sabe, ni se atreve a augurar, qué puede ocurrir ante este nuevo escenario y, aunque se repiten algunos protagonistas, también se incorporan caras nuevas, y hasta el libreto es nuevo. Se supone que veremos una representación diferente, pero solo se supone.

En el patio de butacas, al público se le pide que olvide, que tenga altura de miras, grandeza. Y en estas me vienen al recuerdo aquellas palabras de Rubén Mugica, hijo del concejal socialista Fernando Múgica, asesinado por ETA hace ahora quince años: “ni olvidamos, ni perdonamos”. El resentimiento sigue vigente, las heridas físicas y morales no han cicatrizado lo suficiente, y ahora les piden que tengan grandeza para superar la barbarie donde unos mataban sin pudor y otros morían por la espalda.

En el horizonte queda la evidente pretensión soberanista, pero nadie es capaz de ver una posible pinza entre nacionalistas moderados y abertzales por considerarla antinatura, más si cabe que la coalición PSE-PP, decisiva para este acto.

El pasado 24 de octubre tuve una interesante jornada en Twitter (@VidalJuanma) con eminentes profesionales de todo el arco periodístico. A mi duda sobre la manera en que repercutiría la rendición de ETA sobre la base social del PNV, y si Bildu/Aralar les restaría votos, Manuel Erice, de ABC, indicaba que el PNV ya pide adelanto a Patxi Lopez, -dado que- ya quieren volver. Pero, ojo: Bildu puede ganarles. Para José Luis Gómez, columnista de El País y director de la revista Fórum, éste era un punto electoral clave para el futuro del País Vasco, y no solo del PNV.

Y es que en verdad, como señalaba Fernando Lázaro, experto en seguridad y terrorismo de El Mundo, “el 20N será unas primarias en el nacionalismo vasco para ver quién tiene más votos: PNV o Bildu”, afirmación compartida por Carlos Alsina, director de La Brújula, de Onda Cero, que apostillaba que “otro elemento interesante era el efecto en el PSE, difícil de medir por el desplome general”, y al presuponer que dicho efecto generase debilidad en la coalición PSE-PP, Alsina exponía que “el tándem goza de buena salud, y, si hay adelanto, será por otros motivos o cálculos (legítimos)”.

El fin y derrota de ETA se ha fundamentado en considerarla no solo como un grupo armado, sino como un entramado de apoyos en la sociedad civil. Por eso, cuando se ha desmantelado el frente económico de extorsión, el de propaganda e información, el sindical, el de familiares de presos y otros de apariencia política, se ha diluido su fuerza.

De momento, nada de adelanto electoral sin darles tiempo a ser juzgados en su responsabilidad actual, nada de negociación como grupo derrotado. En todo caso y a escala individual, sí se podrán acomodar las medidas específicas a las de los presos comunes ¿En manos de quién queda la sociedad civil no nacionalista, quién garantiza los derechos civiles?

Ahora toca mostrar las contradicciones dentro del propio independentismo, entre la ideología de libre mercado y el intervencionismo de corte marxista, tardocomunista, ecologista o simplemente verdeoportunista. Veremos cómo gestiona ahora el independentismo el dilema entre separatismo y paro por deslocalización de tantas empresas que se vieron forzadas a huir.

Aplicarlo ahora, deprisa y corriendo, sacado del horno sin terminar de cocer para servir el 20N, como si aquí no hubiera pasado nada, como si “los chicos de la gasolina” pasaran a ser “los chicos de la gomina”, pasando sin interludios del odio a la simpatía solidaria, parece que no cuela.

Los hay que desean que el miedo, el amedrentamiento, la amenaza, la extorsión, el desprecio, el recelo, etc., desaparezcan como por ensalmo, y el mafioso diga ahora que deja de serlo y quiera negociar ya. Es una especie de parábola del hijo pródigo que vuelve a la casa del padre que mató, y espera que los hermanos, viuda y amigos, comprendan su impulso ideológico y uso legítimo de cualquier medio, incluida la eliminación de los representantes, su dignidad o su patrimonio.

En esa táctica, medir los tiempos es esencial para verificar el cese de la estrategia de exterminio y amedrentamiento, de libre expresión de las diferencias, de respeto a las minorías. Ahora ellos, en su hoja de ruta, tienen prisa y el resto no, porque ya nos habíamos acostumbrado.

Seguiremos los acontecimientos, sin olvidar la impagable tarea de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, verdaderos artífices de esta derrota sin paliativos y no siempre reconocidos, y por supuesto, manteniendo siempre en el recuerdo a los 829 muertos y a sus familiares, todos ellos víctimas inocentes de la barbarie.

¡Ojalá, esta vez, se hayan escrito por última vez las tres siglas más ignominiosas del terrorismo en España y podamos decir para siempre #Hasta nunca ETA!

Por Juan Manuel Vidal
- Periodista y Sociólogo -

martes, 11 de octubre de 2011

QUO VADIS, EUROPA?



El sueño de una nación se fundamenta en un idioma, en una cultura, en una identidad, en una idiosincrasia, en un territorio común; amén de una organización política y económica que aune los esfuerzos de sus ciudadanos en una sola dirección: el progreso de sus miembros.

Pero ¿cuál es el sueño de un colectivo de naciones que pretenden navegar bajo un mismo estandarte, si no comparten ninguno de los valores antes citados y sí muchos enemigos externos dispuestos a bombardear su línea de flotación y alguno interno que no está seguro del destino final?

Para concentrarse en un solo poder fáctico, Europa debería sacrificar los intereses particulares primando los colectivos, pero son demasidos siglos de luchas intestinas como para reunir a los llamados a la mesa de la concordia a un objetivo común.

Los vanos intentos de adicionar voluntades tras la II Guerra Mundial muestran ahora, en plena catarsis crítica, la ausencia de fundamento, de solidos principios y de firmes voluntades por renunciar a lo propio en favor de lo colectivo.

Si de hecho ya había constantes movimientos centrífugos dentro de cada país que reclamaban sus derechos históricos de autonomía y/o independencia, parece difícil, por no decir imposible, que haya una tendencia centrípeta capaz de sumar en vez de restar a la Unión.

Ejemplos como los de las Políticas agrarias comunes, de fronteras de seguridad internas, de parlamentos y tribunales supranacinales y más recientemente de una moneda común, parecían marcar la buena dirección, pero la crisis económica ha evidenciado una crisis del modelo completo.

Europa más parece un castillo de naipes que quiere aparentar la seguridad de una fortaleza inexpugnable y mientras ha durado la farsa, todo ha ido bien, pero los rivales han descubierto que íbamos de farol y están torpedeando nuestra identidad común sobreponderando la Germania.

Antaño, en las familias, para afianzar los lazos se decía aquello de “o somos o no somos”, y ya vinieran mal dadas o las vacas fueran flacas, el caso es que se tiraba del “colchón consanguíneo, pero insisto, esta crisis ha demostrado que en Europa, por ahora, seguimos “sin ser”.

Desde los inicios de la crisis, allá por mediados de la década pasada, en vez de haber más política común, “más Europa”, como decían algunos intelectuales, ha habido una huida hacia adelante donde cada Mº de Economía ha procurado tapar sus agujeros mirando de soslayo al resto.

Es cierto que siempre ha habido hormigas y cigarras, tontos y listos, honrados y avispados, ingenuos y pícaros, ciudadanos y banqueros, pero en todas partes, no solo en España. Mientras unos apostaban por ladrillos y fondos contaminados, otros acumulaban granito a granito.

Ahora a los segundos les toca tapar el agujero de los primeros, y ya están hartos, a nivel local, regional, nacional o supranacional, y es comprensible que algunos ya estén muy hartos de pagar “justos por pecadores”, mientras otros siguen metiendo la mano en la saca.

Da igual lo que digan los Durao Barroso, Van Rompuy, Solana, etc. Mientras los Goldman Sachs, Standar & Poors, Fitch, Trichet, Bernanke, Lagarde, socaven los cimientos de esta frágil Unión asentada solo en una moneda común, no hay futuro compartido sino libre albedrío.

viernes, 30 de septiembre de 2011

¿DEBE UN GOBIERNO ENTRANTE CAMBIAR POR CAMBIAR?



Decía Víctor Hugo que “nada detiene una idea cuando le ha llegado su momento”. Y a muchas de las decisiones aprobadas les llegó su momento, pero ahora, por mor del presunto cambio de bandera, todo hace indicar que les llegará otro momento, sí, pero de diluirse como un azucarillo.

¿Es conveniente para un país que un gobierno entrante, de diferente tendencia política que el saliente, cambie cuanto ha hecho su predecesor en materias muy concretas del orden social solo por criterios éticos y/o morales?

Desandar el camino andando, cuando la ruta ha sido equivocada, parece ser conveniente si el objetivo es avanzar; pero retroceder solo por obstinación, testarudez o colapso ideológico, mas bien parece un error calamitoso.

Cabe preguntarse si un gobierno de otro corte político al preexistente, debe “sostenella y no enmendalla, pero tal vez el interrogante no sea este, sino si la decisión aprobada conviene a la mayoría por encima de la minoría, independientemente de tendencias, adscripciones o afinidades.

¿Qué intereses deben primar, los de un país que con anterioridad ha asumido una medida acorde a los colores del partido gobernante y está interiorizada en la ciudadanía, o los del recién llegado que pretende dejar su impronta borrando todo atisbo o reminiscencia de su predecesor, solo porque choca con sus criterios religiosos o con los intereses de los lobbys de poder que arropan al recién aterrizado?

Refrendar o reprobar una ley, un decreto, dice mucho en uno u otro sentido de quien llega, pues con la primera medida te ganas el favor de los que no te votaron y secundan la misma, pero puedes enfadar a los tuyos; y con la segunda, obtienes la satisfacción de quienes te sufragaron y rechazaban a priori tal decisión, pero cabreas a los opuestos.

Y si lo hecho es correcto? Y si lo avanzado ha sido idóneo? Y si la población aplaude la medida pese a los intereses opuestos de la nueva opción? Y si es bueno mantener esa medida porque sus resultados son de todo punto buenos? ¿hay que cambiar todo a golpe de decretazo? Una de mis maestras de Sociología me transmitió lo que aprendió a su vez de otro maestro suyo: “¡A veces es preferible lo bueno a lo óptimo!

Ello me hace cuestionar si realmente los partidos representan el sentir real de un país, o solo defienden su cuota de poder sin importarles el quorum pues la mitad mas uno ya es mayoría en la Cámara Baja, suficiente para sacar adelante cualquier propuesta.

Naturalmente este es uno de los preceptos de la Democracia, el gobierno de la mayoría, pero igual yo les hablo de filosofía, de valores que están por encima incluso, como la altura de miras. Alguien pensará si defiendo vivir contra los intereses de uno si estos contravienen la propia ideología...¡Pues sí, si así beneficia al máximo de mis convecinos y no ofrece una imagen retrógrada de mi comunidad!

Ya aprendimos en “El Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que todo seguirá igual pese a que todo cambie y marear la perdiz solo por credos o inclinaciones religiosas, nos retrotraería muchas décadas atrás ¡Que se lo piense dos veces el que todo El Mundo indica que ocupará la poltrona tras el 20N antes de tomar decisiones precipitadas!


Juan Manuel Vidal
- Sociólogo y Periodista -

miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN, FUERA DE LOS RECORTES

Los arquitectos, los ingenieros, realizan múltiples estudios a la hora de erigir grandes edificios, grandes infraestructuras, momumentos, etc., en los que analizan infinidad de variables encaminadas a garantizar la seguridad primero de los usuarios y la perdurabilidad de su obra.

Probablemente los antiguos egipcios no imaginaban que sus construcciones funerarias piramidales sobrevivirían tantos siglos, pero la firmeza de sus materiales y la exactitud de sus conocimientos, así como sus buenas artes, garantizaron que aún hoy podamos disfrutarlas.

La aplicación de recortes en la enseñanza pone en riesgo el futuro educativo de las próximas generaciones, o lo que es lo mismo, el fundamento sobre el que construiremos su mañana. Si no garantizamos los mejores medios físicos y humanos y su máxima accesibilidad y difusión, en este caso por la vía pública, la susceptible de recortar, estaremos posibilitando la inestabilidad de ese edificio que llamamos futuro.

El Premio Nobel de Economía Paul Krugman volvía a meter el dedo en la llaga el pasado domingo en su artículo de El País (25-9-11) titulado “La sangría”, al afirmar que «las peores consecuencias de los recortes del gasto público están recayendo en la educación. Por alguna razón, despedir a cientos de miles de profesores no parece una buena manera de conquistar el futuro».

Por un momento nos llevamos las manos a la cabeza los residentes en la Comunidad de Madrid, pensando que era un delirio de la ínclita Consejera de Educación, la Sra, Figar en connivencia con la Presidenta de la misma, la Sra. Aguirre. Esta decisión de recortar personal y ampliar el horario del profesorado existente, como si fuera poco el estrés que ya acumulan, tiene un trasfondo tan maquiavélico como es el de depauperar aún más si cabe al sistema público en favor del privado, en su mayoría religioso.

De todos es sabida la proximidad de la Presidente Aguirre a la doctrina de la Iglesia Católica, lo cual no es bueno ni malo pues pertenece al orden de su ámbito privado. En tanto en cuanto no condicione sus decisiones, en pro de esta causa y contra otras o contra ateos, agnósticos, incrédulos, etc., perfecto. Por algo vivimos en un estado aconfesional, donde se respeta la libertad de culto y se tienen en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y se mantienen relaciones de cooperación con todas confesiones.

Pero ahora empiezan a saltar noticias de otros países como Francia, donde se procede a la misma decisión. Como quiera que la Sra. Aguirre y el Sr. Sarkozy “comulgan” con los mismos criterios, quizá haya que pensar que los políticos conservadores no solo apuestan por aniquilar el sistema de bienestar social, derrocando derechos elementales como el de la enseñanza pública por mor de la crisis, sino que tampoco les importa mas futuro que el inmediato, el aquí y ahora, porque el mañana se puede volver contra ellos.

Quizá si dejaran de favorecer descaradamente los intereses de ciertas órdenes y ciertos grupos de presión ultracatólicos...; quizá si se bajaran los sueldos reales y no los que dejan ver para aparentar humildad...; quizá si se bajaran de sus coches oficiales y fueran en transporte público como todo el mundo...; quizá si recortaran tanto presupuesto en sus imágenes públicas, en favorecer entidades anejas como fundaciones, asociaciones, organizaciones...; quizá si recortasen su interminable cartera de asesores plagada de afines...

Con todos estos “quizás”, tal vez se quedarían sin argumentos para recortar de aquello que nadie debería tocar, aquello que forma parte de la argamasa imprescincible para el futuro: la educación de los hijos. Claro, salvo que solo quieran élites de púberes con rubios cabellos y camisas azules!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Crisis de los Gallinas

Si se observan con calma las aguas turbulentas de la economía europea, se aprecia que una rara especie se está haciendo fuerte: los “acumuladores de privilegios” de la política europarlamentaria, escasamente valiosos y cobardes a la hora de arriesgarse con respuestas tan factibles como reales.

Bien es verdad que solo reflexionan y no gestionan, pero podrían legislar medidas y reglas de funcionamiento con el objetivo de evitar que los flujos de riqueza siempre pasen por cauces alejados de lo colectivo y más ahora que está en marcha un ataque a gran escala de los mercados contra las economías europeas en general y española e italiana en particular.

Como bien apuntaba el premio Nobel de economía Paul Krugman recientemente en El País “todos los indicios apuntan a que los dirigentes europeos no están siquiera dispuestos a reconocer la naturaleza de esa amenaza, por no hablar ya de hacerle frente de manera efectiva”

Apenas les oímos cacarear presuntas soluciones al éter, pero les falta arrojo y gallardía para desafiar a esos entes sobrenaturales y ectoplásmicos que denominamos "mercados", pero que en verdad esconden tras de sí a seres de carne y hueso, que les amilanan, intimidan y, por qué no decirlo, acojonan.

Pero los peores, a los que más miedo parecen tener, son a los que valoran el riesgo crediticio de los emisores de valores y de sus obligaciones financieras, léase, las agencias de rating, tales como Moody´s, Standar & Poor´s y Fitch, que responden a los intereses de quienes especulan, puesto que son quienes han creado esos miedos. En otra escala, es como se repartían antiguamente las cátedras endogámicas mediante el nombramiento de tribunales dóciles…..

De hecho el pasado 13 de junio el diario Público informaba de que “Accionistas de S&P y Moody's se preparan para comprar barato en las privatizaciones”, lo que les garantizaría pingües beneficios, dado que si ellos remueven las olas, ellos sabrán cuando estarán calmas.

Ni la tasa Tobin, herramienta para controlar los mercados financieros que, desmadrados por la especulación, buscan incorporar controles a los movimientos de capital; ni controles constantes y rigurosos a la especulación, como no permitir nunca más esas transacciones tramposas en el Mercado Bursátil que sólo suspendieron temporalmente.... ¡Nada, no han hecho nada!

Si como bien leía hoy en la prensa en boca de Ross Brawn, directivo del equipo Mercedes de F1, “lo que revela la grandeza de uno, es cómo se enfrenta a la derrota”, algunos son más mezquinos que los ladrones, porque al menos éstos, como decía Jardiel Poncela, “son gente honrada”.

¿Cuál es el papel que están jugando y cuál podrían jugar si estuviesen menos amordazados y enfangados en la crisis de los gallinas? Alguien podría pensar que existe una casta que vive ajena a los problemas de las personas, una panda de cobardes miserables, diletantes aprovechados a los que el bienestar de la gente que les vota les moviliza escasamente, sobre todo si ellos han de dar la cara ante los problemas, porque la tienen petrificada ante la adversidad ajena.

Krugman señala en el mismo diario que “el BCE, con Trichet y compañía, debería estar comprando deuda española e italiana, que sería lo que estos países harían por sí mismos si todavía tuviesen sus propias monedas”. Pero por algo decidimos crear un día la moneda común, pero no así una política económica común. Ese es el fallo garrafal.

Alguien, con nombre y apellidos, quiere hundir al €uro, y la espantada bancaria masiva va en beneficio de esta acción. Hay una crisis de credibilidad global por los excesos y la ausencia de consecuencias, solo que los sufridores somos los de siempre.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Frustrados y encabronados


Creo en las redes sociales como fenómeno aunador de esfuerzos, como nexo de unión, como vínculo para mantener relaciones a distancia y también como moderno medio de comunicación, capaz de propagar noticias con más rapidez si cabe que los medios al uso, dada su implantación, pero no creo en todos los movimientos sociales.

Es difícil que un sociólogo reconozca esta realidad, pero no creo en el modelo actual de partidos, clubs, asociaciones, sindicatos, etc., como movimientos válidos y útiles para la consecución real de objetivos, aunque sí para canalizar la expresión de la realidad de un colectivo que se siente identificado en su interior.

Pienso que tarde o temprano se produce la frustración individual ante la evolución que experimentan estos colectivos hasta la separación de los mismos. Unas veces la ruptura es cordial y otras brusca, pero el individuo siente que ya no se representan sus opiniones y termina por alejarse.

Con la gravísima situación económica que estamos atravesando, que resumimos en un sólo concepto englobador, “crisis”, los hay que primero son alejados del colectivo, luego marginados por no poder seguir el ritmo de sus semejantes, y finalmente despreciados por no estar a la altura.

La respuesta de muchos que siguen esa cadencia, también es gradual y pasa por la incomprensión, la preocupación, la rabia contenida, la indignación, la manifestación, el encabronamiento, la frustración, hasta llegar a la indiferencia, por que ya no ven útil ninguna forma de expresión.

El Movimiento 15-M irrumpió de una forma aparentemente espontánea, hecho que nunca podremos confirmar, bajo el amparo de las Redes Sociales y al calor de otras expresiones populares en el Norte de África y Oriente Próximo, pero su presencia de parte de causa ha retraído mi valoración.

Ahora que ya se han agotado prestaciones, ahora que los bancos y los inversores tocan a arrebato, ahora que los ricos salen huyendo como lo que son, unos irresponsables insolidarios..., ahora solo quedamos nosotros, los ciudadanos.

Nuestra organización, nuestro orden, nuestra sintonía, será clave para salir adelante porque ni políticos, ni empresarios, ni sindicatos piensan ya en nosotros, sino en su exclusiva supervivencia. Hora es de administrarnos con talento, sin egoísmos, sin prepotencias, sin jerarquías, de igual a igual. ¿Que soy un utópico? Eso escucharon Galileo, Copérnico!!!

Ni Merkeles, ni Sarkozys, ni Zapateros, ni Rajoys, ni Roselles, ni Toxos, ni Botines, solos, estamos solos ante la ancha inmensidad. Nosotros somos más y más fuertes, si les damos la espalda, se verán donde siempre han debido de estar, ¡a la cola!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La crisis "Tsunami"


Hace poco he visto un reportaje emitido por National Geographic TV sobre el devastador terremoto (magnitud de 9 en la escala Richter) y posterior maremoto que asoló la costa oeste japonesa el viernes 11 de marzo de 2011.

El tsunami mostró especial virulencia en las Prefecturas de Miyagi, Iwate y Fukushima, que recibieron olas de hasta 10 metros que arrasaron cuanto encontraron a su paso. Ciudades como Minami Sanriku quedaron desiertas de vecinos y casas....

Miles de muertos y desaparecidos, pero más aún, de desalojados y desprovistos de toda propiedad. Y todo contado por decenas de cámaras, bien de reporteros profesionales, bien amateurs, provistos de un simple móvil, pero al final y al cabo, narrado al dedillo!

Todo contado con precisión de detalles y declaraciones, pero inevitable, pese a todos los mecanismos habidos y por haber. Solo la previsión y evacuación inmediata salvaron la vida de la mayoría que, de lo contrario, habría perecido sepultada por el torrente.

Ni siquiera las predicciones sismológicas pueden determinar los efectos devastadores de un movimiento telúrico como el producido, por lo que difícilmente pueden ponerse medios concretos, más allá de los arquitectónicos o de ingeniería que condicionan la vida de los ciudadanos: Todo fue superado por la magnitud del terremoto.

Este largo preámbulo justifica la comparación con la crisis económica mundial vigente. Muchas opiniones, muchos análisis, muchas propuestas, muchas sugerencias, muchos premios Nobel, pero la dimensión de esta debacle financiera tiene visos de ser superlativa.

Ya ha asolado la economía norteamericana, y está atacando parcialmente la europea, habiendo actuando con especial virulencia en Grecia, Portugal e Irlanda, que ya han tenido que ser rescatadas por Bruselas como matriz, y Alemania como hermano mayor. Pero como a la gran ola de los mercados le parece poco, ahora va a por Italia y España.

Mi humilde aportación no será tan rica, ni tan expansiva, como la del Pr. Leopoldo Badía y su “Crisis Ninja”, pero creo que estamos en condiciones de rebautizarla, ya a estas alturas, como “la crisis Tsunamiporque sus efectos están resultando inconmensurables y, a tenor de la falta de acierto de los exégetas de las finanzas, parece que imprevisibles sus resultados finales.

Habrá quien haya salvado los muebles, quien solo necesite una pequeña ayuda, quien haya arriesgado a tiempo, quien haya sido previsor, ojalá que muchos; pero también habrá víctimas que ya no podrán aguantar más, porque llevan años nadando contracorriente en la ruina y en las listas del paro y, salvo un milagro y grandes dosis de autocontrol y paciencia, nada les salvará.

Con todo, uno sigue teniendo la sensación de que se podría hacer mucho más: quizá no evitarlos, pues ambos parecen proceder de causas superiores a nuestro entendimiento, pero sí incrementar las medidas y evitar comportamientos especulativos con la vida.

Si cuando se pudo no se escuchó a los augures que avisaban de temporal en lontananza y se les tildó de agoreros, si las tendencias no fueron avistadas por unos gobernantes henchidos de gozo por un crecimiento casi exponencial, si se consintió a bancos prestar y a clientes pedir a fondo perdido como se consintieron en tiempos pruebas nucleares en Mururoa, ¡qué podíamos esperar!

Esta lección nos la regala la madre naturaleza a través del paralelismo entre estas dos fuerzas sobrenaturales de distinto origen y, según sus dimensiones, de desproporcionadas consecuencias. El otro elemento común son las víctimas: ¡Usted, usted y yo! En ambos casos, estamos solos frente al mal. Nuestra supervivencia dependerá de la pericia y la prudencia que mostremos en adelante.



Juan Manuel Vidal
Sociólogo y periodista